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¡Deja de Compararte AHORA YA!

​“Es que mi hermano saca mejores notas, a mis compañeros de trabajo les va mejor, a mí no me resulta como a mis amigos, mi hermana tiene más pretendientes que yo, mis primos son más rápidos, mis amigos tienen mejores trabajos que yo, mis amigas son más regias o les va mejor en el amor, etc., etc., etc.”.


¿Te suena familiar alguna de estas comparaciones o tal vez se te vino otra a la mente? A mí sí… Y es que tenemos esta costumbre de compararnos con otros y en base a eso definirnos a nosotros (as) mismos (as), como si de alguna manera esa fuera una verdad… y más encima “justa”.


El problema con las comparaciones es, precisamente, que no son justas. No establecemos rangos ni métricas para la comparación, simplemente la hacemos a nuestro favor o muchas veces no tanto.


¿Son tus sueños los mismos que los de tus amigas? ¿Son tus objetivos los mismos que los de tus hermanos o alguien de tu familia? ¿Estás en la misma situación que tu compañero de trabajo? ¿Eres igual a ellos? Si contestaste que no a al menos una de las preguntas anteriores te felicito por tu honestidad contig@ mism@… Porque efectivamente somos seres diferentes, cada uno con una experiencia distinta y por lo tanto con sueños y objetivos diferentes. Ok, muchos queríamos sacarnos buenas notas en el colegio, sin embargo ¿estábamos dispuestos a sacrificar lo mismo que otros para obtenerlas? Cuando te proponías tener el mejor rendimiento de ese año, ¿fuiste realista en establecer esa meta considerando tu rendimiento anterior y fuiste riguroso en concretar un plan de acción adecuado para ti para lograrlo? Es posible que a alguna de estas otras preguntas también hayas dicho que no (si nuevamente fuiste honest@ contig@ mism@).


Lo que quiero mostrarte con todo lo anterior, es que de cierta manera a veces nos comparamos con otros y en vez de verlos como una fuente de inspiración, cuando están tan alejados de nuestra propia realidad, pueden convertirse en una fuente de frustración.


Por eso lo importante es que cuando fijemos nuestras metas, usemos a otros para inspirarnos y motivarnos; incluso podemos modelarlos y pedirles ayuda, sin embargo estar constantemente comparándonos con otros y criticándonos a nosotr@s mism@s en el camino, puede generarnos mayor dolor y frustración.


Es fundamental que definas tus propias metas, que tengas claro lo que tú quieres, generar tu propio plan de acción e ir evaluándote en función de tus propios resultados. De esta manera podrás saber qué ajustar para lograr tus sueños e incluso a quién medir ayuda y en qué.

¿Cuándo iniciarás tu propio camino para el logro de tus sueños?

Un abrazo,

María José Rivera

Coaching para Emprendimiento y Liderazgo

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