5 Errores al pensar en tu idea de negocio
¿Estás pensando en emprender, o tal vez quieres iniciar un nuevo emprendimiento, o crear un nuevo producto o servicio?
Una de las cosas que más nos abruman cuando queremos iniciar nuestro emprendimiento es encontrar la famosa “idea de negocio”. Esa gran idea que nos llevará a la fama, a ser millonarios y a olvidar todos nuestros problemas y no trabajar nunca más en la vida.
Si bien tener una idea de negocio es muy importante al emprender, ya que es el inicio de todos los planes que podamos hacer para definitivamente concretar nuestro negocio, puede que estés cometiendo alguno de estos errores que te pueden estar generando mayores problemas:
1) Buscar ideas exitosas de otros, y no buscar o confiar en lo que tú quieres hacer y que ames: hay mucha información de ideas de negocios, o quienes están buscando una gran idea original e innovadora para dar el salto y evitar toda la incertidumbre al emprender. El problema con esto, es que puede ser que esa gran idea exitosa sea algo que tú no puedes entregar y que te “obligue” a emprender con una inversión muy alta, y que tal vez sea algo que ni siquiera te motive y apasione (¡y es algo a lo que le dedicarás mucho tiempo después!!!).
Con esto no quiero decir que si tu negocio te apasiona no habrá días difíciles, porque al menos yo te estaría mintiendo (¡ufff que he tenido días terribles! Jeje, pero nada que una buena conversación para desahogarme, un buen chocolate y mi coach no resuelvan); precisamente dado que este camino implicará toma de decisiones importantes y mucha dedicación de tu parte, es que si no quieres pasar de un actual trabajo que odies a otro que odies más y con un grado de complejidad mayor, mejor parte buscando en tu interior.
Todo bien con inspirarte y ver nuevas oportunidades que nunca habías pensado para tomar lo que te haga sentido (por ejemplo, yo nunca había pensado en hacer coaching en formato online y al averiguar más de todo esto, apareció esta oportunidad que hoy uso y quiero seguir potenciando en mi negocio); pero lo importante es que esa idea de negocio resuene contigo.
2) No pensar en resolver un problema específico: al momento de estar pensando en tu idea de negocio, lo más importante es que ésta resuelva un problema real y específico de alguien. Para esto, en vez de estresarte y perder días, meses o años pensando en una idea genial que a nadie le importe, lo mejor que puedes hacer es buscar qué problemas tienen las personas y que puedas resolver. Habrá problemas que no te interesen resolver o no puedas hacerlo ahora, pero seguro habrá otro que sí. Ahí está la clave, en observar y encontrar esa idea desde el mundo real y no solo desde lo que tú creas.
“Go simple”, como dirían los gringos (y es que hasta su idioma es tan simple!). Parte pensando en algo cercano, o algo que te permita partir en paralelo o de manera “liviana”.
3) No pensar en lo que resuelve una necesidad de tu cliente / público objetivo: además de identificar un problema real, éste siempre tiene que estar asociado a un cliente ideal o público objetivo. El cliente y el problema siempre irán de la mano, ya que quienes pagarán por tu solución lo harán siempre y cuando les resuelva un problema y les entregue el beneficio que esperan recibir. Es decir, si uno de los problemas que se te viene a la mente es la falta de tiempo, éste será diferente si es una mamá, un papá, un adolescente, un estudiante de doctorado, un emprendedor, etc.
Hoy en día hay tanta información, que encontrar una única idea innovadora puede ser más complejo. Por lo tanto no se trata solo de encontrar una idea única, ya que tú podrás darle tu propio "toque" (tu esencia estará en tu negocio). Yo no soy la única coach del mundo, sin embargo yo traigo mi propia experiencia y sello; así como si quieres abrir una consultora en tecnologías de información, probablemente tampoco lo seas. Sí puedes ser la primera en una sub-categoría, o bien resolviendo un problema específico, o será tu forma de hacer las cosas lo que te diferencie de tu competencia. Eso sí, lo que sí o sí te va a diferencias del resto, ¡ES HACERLO Y LANZARTE!
4) No validar tu idea con nadie y quedarte en la teoría: cuando identificamos problemas y clientes ideales, puede ser que lo sepamos porque conversamos con esas personas. Sin embargo, en muchos casos esto solamente es un cliente hipotético con una problemática hipotética. Muchas veces también puede ser que se nos ocurra porque nosotros lo vivimos o tenemos historias cercanas, lo cual es muy válido para partir, pero tenemos que ir a preguntarles a las personas reales que estén dentro del rango de nuestro cliente ideal para validar si esto es así.
Entonces si has identificado problemas de tiempo en las mamás, y crees que podrías entregar un servicio de cafetería con guardería para que puedan trabajar o compartir con sus familiares o amigos, pregúntales si es algo por lo cual estarían dispuestos a pagar o no.
Así evitas mayor incertidumbre, y antes de empezar a armar todo el café e invertir todos esos millones, puedes saber si hay un mercado disponible para esto.
En muchos casos puedes también generar prototipos o pruebas muy sencillas y económicas que te permitan mostrar a tu cliente lo que quieres ofrecerle.
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5) Esperar a que todo esté perfecto para vender tus servicios o productos: puede que tengas una súper idea, un súper mercado y el problema esté en que no te atreves a lanzarte y vender porque “no tengo todo listo o perfecto para ello”. Tal vez no tienes página web, ni tarjetas de presentación, ni una versión perfecta o final de tus productos o servicios; sin embargo si identificas una oportunidad de venta, ¡puedes hacerlo! Siempre siendo transparente y dejando claro el estado del producto o servicio. O puedes ofrecer pre-ventas con un valor diferenciado para aquellos en ser los primeros en creer en ti, o puedes cobrar porcentajes de abono para finalizar el producto, u ofrecer tu primer servicio sin que sea el perfecto.
De alguna manera lo importante es entender que mientras más “liviano” emprendas, mientras primero tengas acercamientos con clientes, o mientras primero vendas, más posibilidades tienes de probar y validar tu idea, con el menor riesgo posible e incluso antes de pensar en pedir un crédito, postular a un fondo para que te financien o querer un socio capitalista. Porque probablemente, o incluso lo has vivido, es que una de las cosas que tendrás que demostrar, es que tienes ventas.
En mi caso, cuando empecé a hacer coaching lo hice en paralelo hasta que decidí dar el salto y emprender; porque para mí, seguir en el trabajo que estaba y que me tenía infeliz fue el mayor motivador para tomar mi decisión, habiendo encontrado un camino de mayor propósito.
Eso sí, me planifiqué de modo de poder hacerlo con el menor riesgo posible, y hoy en día habiendo aprendido más herramientas, sigo mejorando los lanzamientos de mis programas y el enfoque de mi emprendimiento; por lo que este cambio de paradigma aplica en cualquier etapa de tu negocio.
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Un abrazo,
María José Rivera
Coaching para Emprendimiento y Liderazgo
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